1 de marzo de 2014

EXPERIENCIAS LLEVANDO GENTE EN COCHE

Hola! 

Aprovecho la calma del fin de semana para contar una cosa que me pasó hace unas semanas.

 Resulta que cuando voy a ir a Donosti y coincide que voy sólo, me meto en una página (blablacar) y pongo un anuncio diciendo que voy para allí, tal día, a tal hora, y la gente me escribe para que le lleve y compartir gastos. Lo llevo haciendo un tiempo y la verdad es que es muy recomendable; es más barato y se te hace el viaje más ameno. Pero claro, sabiendo que me pasan cosas raras de vez en cuando, era cuestión de tiempo que pasara alguna cosa digna de mención aquí.

 Salí de Madrid. Iba a llevar a un chico y a una chica, pero el chico en el último minuto falló. De manera que llevaba a esta chica, a la que cariñosamente llamaré Arrepentida Pasajera (AP). Pues salimos de Madrid, y todo normal.

Hablando de esto y de lo otro, que si dónde curras, que si has visto alguna peli de los Óscar... esas cosas. La AP era normal, una chica normal, sin nada reseñable. Y con una pasajera normal, y un viaje normal, todo iba normal... hasta que pasó.

 Estábamos a la altura de Vitoria, cuando noté el típico olor a putrefacción, mezcla de fábrica papelera y estiércol nauseabundo que empezó a entrar por los conductos de aire.

 Así que, reacción natural, cuando noté esa peste dije: "¡¡Uf!! Estiércol!!" y le di corriendo al botón de evitar que entre el aire exterior.

 Todo habría acabado ahí, de no ser por lo que pasó inmediatamente después.

 AP: "No...no... es que... lo siento, de verdad, he sido yo... es que me encuentro mal, tengo la tripa revuelta, y... lo siento, lo siento... de verdad..."

La mujer, la verdad, estaba bastante pálida.

 Reacción mía: Me abalanzo sobre el cuadro de mandos otra vez:

 Yo: "Ah!! pues que entre el aire, que entre!" Y volví a activarlo subiendo la potencia. Después de todo, si me desmayaba podíamos tener un disgusto.

 La pobre AP no volvió a abrir la boca en la hora que quedó de viaje. Medio descompuesta, medio avergonzada, medio ¿humillada?, pero no fue mi intención.

En mi defensa diré: ¿Quién le mandaba confesar? Ese olor a auténtica mierda era perfectamente creíble que fuera exterior!!! Vamos, que hasta llegar a Donosti temí por que le saliera un Gremlin de dentro. 

Nos vemos!

 Pd: ¿alguien quiere que le lleve en coche?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Pon aquí tu comentario!